Ir al contenido principal

9. Verticalidad del Plateresco.


No hay tampoco en nuestro Renacimiento un sentido espacial, de temática horizontal como en los monumentos clásicos. Los interiores, sobre todo de edificios religiosos, se con­ciben con fuerte tendencia a la verticalidad que se acentúa en los cruceros, exaltada por la estructura de las bóvedas góticas. Faltan en nuestro arte renacentista —con la excepción de edificios no exentos— arquitecturas de tipo central, con la cúpula como generadora del sistema constructivo de cruz griega, tan frecuente en el Renacimiento italiano.
(Fachada de la capilla abierta en primer término, fachada de la iglesia y atrás, una torre campanario muy esbelta, en el conjunto arquitectónico de Atlatlauhcan)

Comentarios

Entradas más populares de este blog

4. El plateresco y los agustinos

Son múltiples los edificios de México que tienen algún influjo del plateresco: la catedral metropolitana en la ciudad de México, la catedral de Puebla, La catedral de Mérida, la casa de Montejo en Mérida, el convento franciscano de Tepeapulco en Puebla, el convento dominico en Yanhuitlán, Oaxaca. Pero todos ellos son como fragmentos sueltos de un rompecabezas: están dispersos y no es fácil encontrarles la forma; no obstante esto, los conventos agustinos del siglo XVI conservan una gran unidad arquitectónica en torno al plateresco. Parece que esta veintena de conventos se hubieran propuesto (y es muy probable que los frailes constructores se lo propusieron) aplicar al pie de la letra los principios ideológicos de los Reyes Católicos y de Carlos V: es decir que los agustinos hicieron una estética de estado al construir sus primeros conjuntos conventuales con esa misma unidad temática, estructural, arquitectónica y estilística. La semejanza entre ellos es mucha; he aquí algunos element

1. Unión de Renacimiento y Edad Media

El arte plateresco es ante todo un arte arquitectónico español. Se da en las edificaciones, pero no en otras manifestaciones artísticas relevantes como la música o la literatura. También, el plateresco es ante todo, una arquitectura de estado: es decir es un elemento ideológico de los reyes católicos, y parcialmente, de Carlos V y Felipe II. Camón Aznar lo define así: “Tras este complejo estilístico, en el que confluyen todos los ideales hispánicos de la Baja Edad Media, es natural que nuestro Renacimiento adquiera modalidades absolutamente na­cionales. Tras este goticismo exasperado, sin tránsito cronológico apreciable, nuestros arqui­tectos se asimilan el Renacimiento. Y este movimiento de raíz clásica nace en el regazo del estilo más atrozmente distinto que haya podido existir en la historia del arte. Las mismas manos que tallaban las picudas floraciones, los animales vivos, la fauna y la flora más selvosas y montaraces, acarician después la superficie de los temas renacientes con

2. La llegada del Plateresco a América

Junto con las naves de Colón arriba al Nuevo Mundo el arte plateresco; afirma Camón Aznar: “Ya en su segundo viaje llevó Colón al aparejador Zafra. En 1510 embarcan en la nave Santiago, para La Española (Santo Domingo) los maestros canteros Juan de Herrera y Ortuño de Bretendón y varios oficiales obreros. El maestro de la catedral de Sevilla, Alonso Rodríguez, en 1510 se compromete a dirigir las obras que hagan los obreros antedichos”. No obstante el plateresco, a pesar de su difusión por América tuvo un terrible enemigo: el barroco: en el siglo XVII y XVIII la riqueza y el poder de los colonos españoles les permite construir un sinnúmero de edificios barrocos sobre las ruinas de muchos edificios platerescos. Pocos habrán de sobrevivir, la mayoría, como en España, mezclados con otras formas arquitectónicas. De todos esos esfuerzos del renacimiento español se conservan, entre unos pocos en América, los primeros conventos de los monjes agustinos en México. (Fachada del convento de Ocu